Es común sentir que nuestra fiel computadora, ya sea una laptop o una PC de escritorio, después de algunos años de uso intenso, comienza a mostrar signos de fatiga. Si el tiempo que tarda en encenderse es como el de un enfermo crónico y parece más fácil planchar la ropa mientras cocinas sopa que abrir dos aplicaciones al mismo tiempo en tu ordenador, es comprensible pensar que tal vez ha llegado el momento de jubilarlo.
Esta sensación se intensifica cuando alguien cercano se ha comprado un modelo nuevo, más rápido que tus pensamientos y más delgado que tu presupuesto. En comparación, tu máquina parece pertenecer a una época pasada.
Pero no hay necesidad de desesperarse. El atractivo de lo nuevo siempre ejerce una gran influencia, especialmente en el ámbito tecnológico, pero es posible resistirse a ese magnetismo costoso si cuidamos y realizamos un mantenimiento básico a nuestro equipo. Si tu computadora utiliza Windows, tiene menos de diez años y en su momento era moderna y actual, es probable que todavía pueda rendir bien.
Para comprobarlo, sigue estos pasos sencillos que seguramente mejorarán el rendimiento y la velocidad de tu PC. Incluso si ninguno de ellos hace una gran diferencia, al final te ofreceremos algunas opciones de actualización, todas más económicas que comprar un equipo nuevo.
Primero, una rutina saludable:
Por más profunda que sea la limpieza que hagas en tu habitación, la clave para mantenerla ordenada es deshacerte de la basura y ser disciplinado con el orden. Del mismo modo, no servirá de mucho limpiar, ordenar y optimizar tu computadora si tus hábitos de uso no son muy cuidadosos.
No es necesario convertirse en un experto en informática: basta con realizar (o dejar de hacer) ciertas cosas, como:
- Cerrar los programas y aplicaciones cuando no los estés usando.
- Apagar la computadora al final del día.
- Vaciar la papelera de reciclaje con regularidad.
- No instalar un antivirus adicional (Windows trae uno por defecto, Windows Defender, que cumple bien su función).
- Evitar instalar programas, juegos o aplicaciones muy pesadas para el sistema.
- Limpiar el interior de tu equipo regularmente.
Si sigues esta rutina sencilla, es muy probable que tu computadora funcione bien y sin mayores problemas. Pero si lleva tiempo arrastrando problemas, entonces es momento de tomar medidas más profundas. Aquí tienes algunas sugerencias:
Elimina programas y aplicaciones que no uses:
Muchas veces, las computadoras funcionan lentamente porque tienen instaladas muchas aplicaciones y programas que pueden estar ejecutándose en segundo plano y ocupando espacio de almacenamiento.
Para hacerlo en Windows, ve al menú de Configuración, luego a Aplicaciones y después a Aplicaciones y características. Allí encontrarás una lista de todos los programas instalados en tu computadora. Desinstala aquellos que no uses para liberar espacio y mejorar el rendimiento.
Mantén tu escritorio ordenado:
Evita tener demasiados archivos en tu escritorio, ya que cada uno de ellos se carga al iniciar la computadora. Organiza tus archivos en carpetas y deja solo lo esencial en el escritorio para mejorar el tiempo de arranque.
Reduce las aplicaciones que se ejecutan al iniciar Windows:
¿Dejaste tu escritorio vacío, pero todavía sientes que el arranque es lento? Revisa qué programas y aplicaciones se ejecutan automáticamente al iniciar Windows y deshabilita aquellos que no sean necesarios. Esto ayudará a acelerar el arranque del sistema.
Para que esto no pase, aprieta la famosa combinación de Control+Alt+Suprimir y hazle clic a la opción Administrador de tareas. Ahí tienes que entrar en Más detalles y luego en Aplicaciones de arranque, donde se verán todos los programas que se ejecutan al iniciarse Windows. A su lado hay dos columnas: una indica el estado de cada una —si está habilitada para iniciarse junto al computador o no— y la otra el impacto que provoca su funcionamiento en el desempeño del PC (medido en ninguno, bajo, medio o alto).
Libera espacio en el disco:
Utiliza la herramienta Liberador de espacio en unidades de disco de Windows para eliminar archivos innecesarios y liberar espacio en el disco duro.
Para eso se puede usar el famoso Liberador de espacio en unidades de disco que trae windows pre instalado.
Está media escondida en el Panel de Control, pero la puedes encontrar rápidamente si abres el menú de inicio y escribes “cleanmgr” en la búsqueda. Al hacerle doble clic, te mostrará cuántos archivos puede limpiar y cuánto espacio recuperar, medido en GB. Puedes revisar cada uno de los archivos o programas que se borrarán y salvar, si lo deseas, a algunos de la limpieza. El proceso puede ser rápido o durar varios minutos, dependiendo de cuánta basura tengas en el computador.
También recomendamos utilizar estas aplicaciones gratuitas que fueron creadas específicamente para esta tarea:
1. ATF Cleaner. Esta aplicación es bastante simple de usar. Se seleccionan las categorías que se desean limpiar y esta aplicación se encarga del resto. Es recomendable usarla por lo menos una ves por semana.
2. PrivaZer. Esta aplicación es para usuarios más avanzados ya que ofrece multiples opciones de limpieza. Estas opciones hay que usarlas con mucho cuidado ya que puedes terminar borrando archivos que no deseabas eliminar y lo que esta aplicación borra, lo hace de manera permanente. Recomendamos hacer un respaldo completo del sistema antes de usarla por primera ves como medida cautelar. Lo que es indudable es que esta aplicación es muy minuciosa y es capaz de liberar grandes cantidades de espacio en tu disco de arranque.
Desfragmenta el disco:
La desfragmentación del disco ayuda a mejorar el rendimiento del sistema al reorganizar los archivos fragmentados en el disco duro. Utiliza la herramienta Desfragmentar y optimizar unidades de Windows para desfragmentar el disco y mejorar el rendimiento de tu computadora.
Cómo se hace? Solo hay que abrir el menú de inicio y buscar “desfragmentar”.
Reduce los efectos visuales:
Desactiva los efectos visuales innecesarios en Windows para mejorar el rendimiento del sistema.
En tu teclado presiona las teclas windows + X. Luego seleccionas sistema. Luego seleccionas opciones avanzadas del sistema y luego en la seccion de rendimiento seleccionas opciones.
En las Opciones de rendimiento, hay una categoría llamada Efectos visuales. Por defecto, están todos activados, pero tú puedes deshabilitarlos todos o los que desees, lo que de seguro mejorará el rendimiento de tu computador.
Ajusta la configuración de la batería:
Si tienes una laptop, ajusta la configuración de la batería para mejorar el rendimiento del sistema. Para configurar eso, haz clic en el icono de Inicio de Windows y luego en Configuración. Allí hay que entrar en Sistema y después, al lado izquierdo, en la pestaña Batería. Si la casilla Activar automáticamente el ahorro de batería está seleccionada, debemos deshabilitarla.
Actualiza el sistema y los controladores:
Mantén tu sistema operativo y los controladores de hardware actualizados para resolver problemas de rendimiento y seguridad.
Para saber si hay alguna renovación pendiente, puedes ir a Configuración y luego a la sección Windows Update. Ahí, haciendo clic en Buscar nuevas actualizaciones, sabrás si hay alguna actualización disponible, las cuales se descargarán e instalarán automáticamente.
Los drivers o controladores de tu hardware —como el de la impresora, el mouse inalámbrico o la tarjeta de video, entre otros— también podrían necesitar de un refresco. ¿Cómo saberlo? Ahí tendrías que revisar uno por uno, pero conviene fijarse si alguno en específico está funcionando mal o te está trayendo algún problema.
Restablece el sistema operativo:
Si todos los pasos anteriores no han mejorado el rendimiento de tu computadora, considera restablecer el sistema operativo para empezar de cero y resolver problemas persistentes.
Antes de hacerlo, eso sí, hay que acordarse de respaldar todos aquellos archivos y documentos que no queremos perder: el trabajo, las películas, las fotos, la música y esos videos secretos que no estás dispuesto a olvidar. Ahí lo mejor es conseguirse un buen disco externo y traspasar todo aquello que sea imprescindible.
Haces clic en el menú de inicio, seleccionas ajustes de windows. También puedes buscar en la barra de búsqueda ajustes de windows.
En la ventana que se abre de lado izquierdo seleccionas sistema. de lado derecho de todas las opciones que salen seleccionas recuperación. Luego seleccionas Restablecer equipo.
Se abrirá una ventana con el proceso de restablecer el ordenador. La primera opción es la de elegir si quieres mantener tus archivos o quitarlo todo. Aquí, depende de si quieres conservar archivos o prefieres una limpieza profunda del sistema.
Ahora, tienes que elegir desde dónde quieres descargar Windows, desde la nube o desde los archivos locales. En la reinstalación local instalarás la versión que tengas ahora mismo, y en la nube instalarás la versión más nueva de Windows, aunque tendrás que estar conectado a la red.
Renovación de hardware:
Si aún experimentas problemas de rendimiento después de seguir estos pasos, considera actualizar el hardware de tu computadora.
I. Disco de estado sólido (SSD)
Por más que limpies, ordenes, actualices y restablezcas tu computador, hay componentes que simplemente ya no aguantan el ritmo de la modernidad y que resulta mejor cambiarlos. Como los discos duros.
Los discos duros tradicionales (HDD) están quedando obsoletos, superados por los discos en estado sólido (SSD), mucho más rápidos, eficientes y duraderos. Aunque son más caros, han bajado mucho de precio y siguen siendo más baratos que un computador nuevo. Instalar un SSD en tu viejo pero confiable PC será como comparar la diferencia en velocidad de un automóvil del año 1950 a un modelo Tesla del 2024.
Para cambiar de disco duro, lo mejor que puedes hacer es ir a tu servicio técnico de confianza y pedirle asesoría a un profesional. Él o ella de seguro sabrá si tu computador está en condiciones de soportar ese cambio, si vale la pena y qué marcas y modelos de SSD son más recomendables.
Si eres más de la veta "hágalo usted mismo", en youtube está plagado de tutoriales paso a paso de cómo hacer este cambio y es muy probable que encuentres un video que usa hasta tu mismo equipo como ejemplo.
II. Añadirle o cambiarle la memoria RAM
Otra adición que pocas veces le viene mal a un computador es la memoria RAM. Si tu equipo cuenta con 4GB, no pierdas más tiempo y añádele 4 más, ya que 8GB es algo así como el piso básico actualmente.
Siempre dependerá del uso que le des a tu computador: si solo trabajas en documentos, textos o procesamiento de datos, los 8GB serán ideales. Pero si lo usas para edición o posproducción audiovisual, para trabajos gráficos pesados o para videojuegos demandantes, entre otras cosas, seguramente necesitarás 12 o hasta 16GB, dependiendo de las posibilidades que te entregue el equipo.
¿Cómo saber si necesito más RAM? En el Monitor de actividad del Administrador de tareas —apretando Control+Alt+Suprimir— se puede ver con cuánta memoria física contamos y cuánta utilizamos. Si los dos números son muy similares, entonces mejor sería ampliarla.
Aquí también es bueno asesorarse por un técnico profesional, para comprobar si realmente es mejor aumentar la memoria RAM o si, finalmente, a tu viejo y leal computador ya le llegó la hora de decir adiós.
Un consejo final que podemos dar es que, nunca se debe usar la escusa de querer gastar menos dinero para actualizar un equipo ya que:
"solo voy a jugar juegos muy poco o casi nunca voy a usar esa aplicación que hace que mi computador se congele."
No importa si vas a necesitar de más recursos 1 ves por año o todos los días. Si los necesitas simplemente los necesitas. Si no te alcanza para comprar componentes nuevos, hay un mercado enorme de usados por una fracción de lo que cuestan nuevos. Es solo de buscarlos en marketplace o los clasificados.