La Oficina del Derecho de Autor de Estados Unidos, la cual fija los procedimientos necesarios para registrar una obra original, ha decidido revocar una decisión tomada con un cómic que incluía imágenes generadas automáticamente con inteligencia artificial.

Durante el último trimestre del año pasado, la oficina había aprobado el registro de Zarya of the Dawn, un cómic presentado por la autora Kristina Kashtanova y que incluía imágenes generadas con la plataforma de inteligencia artificial Midjourney, la cual permite generar elementos visuales a partir de indicaciones en texto.

 

En un fallo entregado al abogado de Kashtanova, la agencia Reuters. informó que la decisión del organismo deja en claro que, a pesar de que ella es “la autora del texto de la obra, así como la selección, coordinación y disposición de la obra elementos escritos y visuales”, las imágenes no pueden ser registradas.

De ahí que plantearon que, como las imágenes “no son producto de la autoría humana”, su registro es inválido y la decisión previa tuvo que ser revertida.

Para justificar esa determinación, la oficina ejemplificó con diversos casos, incluyendo un incidente en el que se intentó registrar una selfie capturada accidentalmente por un mono.

 

El organismo además explicó que la información planteada por la autora fue inexacta e incompleta, ya que a pesar de que Midjourney aparecía en su portada, aquello no constituía un aviso de que la plataforma de inteligencia artificial había sido utilizada en su creación.

De hecho, argumentaron que solo tuvieron conocimiento de la situación luego de otorgar el registro y de que la propia Kashtanova revelase la situación a través de sus redes sociales.

Ante la nueva determinación, la usuaria de IA se manifestó decepcionada con la decisión de no aprobar el registro de las imágenes, aunque de todas formas recalcó que el hecho de lograr parte del registro representaba “un gran día” para los usuarios de Midjourney y herramientas similares.

Cabe destacar que la propia oficina desestimó un argumento adicional de Kashtanova, ya que consideraron que los cambios que ella realizó sobre algunas imágenes generadas por Midjourney fueron “demasiado menores e imperceptibles para proporcionar la creatividad necesaria para la protección de los derechos de autor”. También plantearon que no pudieron determinar el alcance de esas contribuciones a partir de la información que entregó.

Sin embargo,. Kastanova planteó que seguirá adelante con el caso junto a sus abogados, ya que buscarán explicar con más detalle la situación. “Las imágenes individuales producidas por Midjourney son expresión directa de mi creatividad y, por lo tanto, sujetas a derechos de autor”, planteó.