A los 22 años Nick Woodman comenzó un viaje con destino a Australia e Indonesia buscando inspiración para alcanzar un objetivo: quería convertirse en emprendedor antes de llegar a los 30 años, por lo que alistó su tabla de surf y una mini cámara deportiva diseñada por él y comenzó su travesía sin sospechar que su invento lo llevaría a obtener una fortuna de más de 2.000 millones de dólares.
Años después, aquella cámara que Woodman utilizaba como accesorio en su muñeca para capturar los trucos de sus amigos sobre las olas evolucionó, y lo convirtió en el CEO de la compañía que hoy es conocida en todo el mundo como GoPro, productora y desarrolladora de las cámaras deportivas de alta definición nombradas por la revista Forbes como un fenómeno de ventas.
Bajo el slogan “Be a Hero” GoPro le dio el poder a sus usuarios de compartir viajes y experiencias extremas en primera persona, elevando la industria de la fotografía a otro nivel. La compañía posicionó en el mercado el concepto de las cámaras de acción: compactas, ligeras y resistentes. Capaces de sobrevivir al agua, a los golpes y, aun así, de conservar una alta resolución en fotos y videos, sin embargo incluso los héroes tienen puntos débiles, y el de la empresa norteamericana no tardó en manifestarse.
Cuatro años después de que la compañía se convirtiera en una de las más cotizadas en la bolsa de Nasdaq y de que su volumen de ventas tocara el cielo, el éxito de la compañía comenzó a decantar, llegando a su punto más bajo el lunes luego de anunciar la paralización de su producción de drones y el despido de 250 empleados.
Según Woodman, el cierre de su división de drones se justifica por la alta competitividad del mercado y las restricciones impuestas por las normas reguladoras de EE.UU. y Europa para el uso de estos aparatos. Si bien los productos continuarán en venta hasta agotar stock, una vez que este se acabe no volverán a producirse.
La decisión de la compañía desató la caída del 33% de sus acciones en la bolsa, las que alcanzaron su mínimo histórico desde que la empresa se abrió al mercado bursátil en 2014, por lo que Woodman anunció que estarían dispuestos a vender GoPro a una compañía matriz como una forma de salvar a la empresa de la crisis. “Si existe la oportunidad de unirnos a una empresa mayor para que GoPro continúe creciendo, es algo que haríamos”, dijo el CEO de la compañía en una entrevista con CNBC.
Un descomunal volumen de ventas y una fortuna no bastaron para mantener en pie el sueño de Woodman, ya que junto con las acciones de la empresa su capital también comenzó a desvanecerse tan rápido como llegó.