La policía holandesa, en colaboración con la agencia antiterrorista holandesa (NCTB) y los Ministerios de Justicia y Defensa del país, comenzaron un entrenamiento a águilas para que sean capaces de interceptar drones o aviones no tripulados que puedan generar incidentes de seguridad o ser usados por delincuentes o terroristas. 

La Policía considera en un comunicado que en el futuro esos aparatos serán utilizados cada vez más, de manera que aumentará también el número de incidentes. 

Los drones también pueden ser empleados para propósitos delictivos, considera este cuerpo de seguridad. 

De la Gran Barrera de Coral a Machu Picchu, pasando por Venecia, el cambio climático amenaza famosos enclaves culturales o naturales, que ya padecen sus impactos y los de otras causas. 

A continuación, varios ejemplos: 

Gran Barrera de Coral

El calentamiento climático está considerado como uno de los principales peligros para la Gran Barrera de Coral, que se extiende a lo largo de 2.300 km frente a la costa noreste de Australia y alberga miles de especies de peces y otros organismos. 

El enclave es sensible a varias amenazas vinculadas a la desregulación climática: aumento del nivel del mar, calentamiento, tormentas, precipitaciones, acidificación del agua. 

El alza de las temperaturas provoca un fenómeno de debilitamiento de los corales, que se traduce por una pérdida de color y menores aportes nutritivos que pueden provocar su muerte. 

"Si la situación continúa empeorando, la Gran Barrera de Coral padecerá un blanqueamiento generalizado, con la mortalidad que ello implica", según el director del Instituto de Cambio Climático de la universidad de Queensland, Ove Heogh-Guldberg. 

El agujero de la capa de ozono en la Antártida ha alcanzado el doble del tamaño del continente sureño y es el cuarto más grande de la historia, informó hoy la Agencia Meteorológica de Japón (JMA). 

El organismo nipón indicó que el agujero, que aparece cada año entre los meses de agosto y diciembre debido al efecto de los clorofluorocarbonos (CFC) y otros gases nocivos, alcanzó los 27,8 millones de metros cuadrados el pasado 9 de octubre, según datos obtenidos por satélites estadounidenses.

Luego del revuelo generado ayer por el anuncio de algo "increíble" en relación a Plutón y su posterior negación, finalmente la Nasa sí tenía algo que decir. 

Plutón tiene el cielo azul y regiones de agua helada, según los últimos datos enviados a Tierra por la sonda New Horizons de la Nasa, que en julio sobrevoló el planeta enano en su viaje al espacio exterior. 

Nunca antes Plutón había sido observado con tanto detalle. El planeta reside en el distante Cinturón de Kuiper, un gran amasijo de escombros que orbitan el Sol más allá de Neptuno y que son el residuo del nacimiento del Sistema Solar hace 4.600 millones de años. 

"¿Quién hubiera esperado que habría un cielo azul en el Cinturón de Kuiper". Es hermoso", dijo este jueves Alan Stern, principal investigador de New Horizon del Southwest Research Institute (SwRI) en Boulder, Colorado (oeste de EEUU).