“Demasiado grande, demasiado liviano e imposible de controlar en vuelo”, decían los críticos cuando, hace 11 años, Bertrand Piccard presentó las maquetas del Solar Impulse, el avión solar con el que pretende dar la vuelta al mundo. Los lapidarios presagios ingenieriles no detuvieron su afán y, desde entonces, el aeronauta suizo no ha descansado para que su vuelo sustentable se realice finalmente en 2015. Ayer, en el aeródromo de Payerne (Suiza), la nueva versión del avión -con mejoras y más grande que la que el año pasado recorrió Estados Unidos en dos meses- realizó un exitoso viaje inaugural de dos horas y 17 minutos. Pilotado por el alemán Markus Scherdel, la nave pasó los 1.670 metros de altura y alcanzó hasta 88,5 km/h (55 km/h promedio). El próximo año, cuando comience su recorrido por el globo, llegará a los 8.500 metros de altura y 140 km/h. “Tiene la envergadura de un (avión) jumbo y el peso de un auto”, resumió Bertrand, quien en 2015 piloteará el avión junto a André Borschberg, ingeniero y cofundador del proyecto. “Es un gran día para todo el equipo de Solar Impulse. Un avión de este tipo es absolutamente único y, por primera vez en la historia, tenemos un avión que está volando sin combustible día y noche, mostrando el increíble potencial de las tecnologías limpias”, dijo Piccard a la BBC.

 

 

 

MAS PRUEBAS

De acuerdo a la oficina de prensa del equipo, las pruebas continuarán en los próximos meses, para que la nave experimental obtenga su certificación, y el viaje de 2015 comenzará en algún país del golfo. “Se están realizando conversaciones con unos pocos países y ciudades, pero no hay nada confirmado en esta etapa”, dijo a La Tercera un portavoz del proyecto.

De lograr su hazaña, el vuelo del Solar Impulse 2 será el segundo éxito de Bertrand Piccard, quien en 1999 dio la vuelta al mundo sin escalas, en un globo aerostático, junto a Brian Jones. Batieron el récord de permanencia en vuelo (19 días, 21 horas y 47 minutos) y recorrieron 46.759 kilómetros.

El suizo proviene de una conocida familia de aventureros. Su abuelo Auguste (1884-1962) fue pionero en el diseño y fabricación de batiscafos, con los que alcanzó hasta 3.150 metros de profundidad, además de ser el primero en ver la curvatura de la Tierra en su cabina y balón estratosférico, donde llegó a los 16.201 metros de altura en 1932. 

Su padre, Jacques (1922-2008), quien comenzó acompañando a Auguste en sus viajes a las profundidades, alcanzó un récord en 1990, en el fondo de la fosa de las Marianas (10.911 m), hazaña que el cineasta estadounidense James Cameron repitió en 2012.

ENERGIA LIMPIA

El objetivo de Solar Impulse no es sólo dar la vuelta al mundo como aventura, sino que demostrar que es posible utilizar la energía solar para conseguirlo. 

“Desde el lanzamiento de Solar Impulse, ya hemos logrado varios hitos y roto varios récords. En 2010 logramos el primer vuelo de un avión, de día y de noche, y sin combustible”, dijo Borschberg en julio del año pasado, luego de recorrer EE.UU. impulsado sólo por la energía solar.

El mecanismo utilizado permite que durante el día, las células solares carguen baterías de litio que mantienen a la nave durante la noche.

El mayor desafío en 2015 será que toda la tecnología que han utilizado para Solar Impulse funcione y les permita volar durante más de cinco días y cinco noches sobre el océano, a la misma altitud que un avión comercial y sin cabina presurizada.